"Los derechos de los niñ@s deben ser una cuestión de Estado."

"Los derechos de los niñ@s deben ser una cuestión de Estado."
Escuchemos a los niñ@s!

viernes, 8 de marzo de 2013

OPINION - JUAN PERONE Lunghi y la agenda perd

Imagen Ilustrativa 

OPINION - JUAN PERONE

Lunghi y la agenda perdida


“Hubo un tiempo que fue hermoso” tararea un funcionario de Miguel Lunghi. Recuerda esos años dorados donde el pediatra había impuesto el ambicioso proyecto de “una obra por día”. Y con esos proyectos, marcaba la agenda pública. Parecía que, por aquel tiempo, estaba todo por hacerse y que la austeridad -propia e impuesta- del saliente Indalecio Oroquieta había dejado el camino libre para deslumbrar.
 por Juan Perone  | 08/03/2013 by @PoliticaTandil



Luego, se sumaron a Lunghi aquellos que lo habían combatido en las internas y se alejaron los que lo habían acompañado en su lucha contra la estructura del “aparato” pugliesista. Lunghi cedió lealtad y ganó política. Perdió amigos y ganó aliados. Entonces, conservó la agenda pública.
Pero como dice Charly “el tiempo de guardar los sueños en castillos de cristal” ya pasó.
La vida política cotidiana y el desgaste de la gestión no perdonaron la “eterna juventud” a la que aspiraba el intendente en términos políticos. El menú encantador de “una obra por día” se acabó porque ya no quedan, prácticamente, terrenos donde sembrar una nueva plaza ni una columna de iluminación que aguante el peso de una lamparita más. Ya no queda el sueño de recuperar otra piedra caída y solo queda la promesa incumplida de recuperar el paseo de La Movediza como un nuevo Centinela o hacer del barrio circundante un “polo turístico”.
De un tiempo a esta parte, la agenda política se viene escurriendo de las manos al jefe comunal y no hay retorno. Porque después de diez años de gestión, los verdaderos problemas de la ciudad han salido a la luz. Ya no hay decoración iridiscente que encandile las verdaderas fallas estructurales de una ciudad que ha crecido con desigualdad y sin planificación.
Primero fue el tema de las viviendas. Para Lunghi no había crisis. Para Lunghi, el Municipio no podía hacerse cargo del costo de un plan de viviendas. La realidad lo aplastó. Tuvieron que reconocer la crisis y tuvieron que salir a buscar fuentes de financiación y salieron a recibir con los brazos abiertos el programa nacional ProCreAr. Pero además tuvieron que acompañar a todas las organizaciones que salieron a exigirles alternativas legales a la compra asociativa de tierras. Los vecinos le torcieron el brazo al gobierno y demostraron que cuando hay voluntad, hay soluciones.
Luego llegó de la Seguridad. Nuevamente se escondió el problema y adjudicaron la ineficiencia del control a la Provincia. Los vecinos volvieron a movilizarse, las organizaciones comenzaron a quejarse. La Provincia era la responsable burocrática, pero el Municipio era la principal responsable política de la ciudad. Y la endeble estructura lunghista frente a los verdaderos problemas, cedió. Tuvieron que reconocer la inseguridad y la violencia crecientes. Primero compraron cámaras por más de 2.600.000 pesos y anunciaron una nueva comisaría, pero luego tuvieron que reconocer que el problema no se soluciona con más policía, que tiene raíz en lo social.
De esta forma, se reconoce también que una ciudad que crece con inequidad y con ausencia del Estado en sus estamentos más postergados es una ciudad insegura, una ciudad débil, sin futuro posible. Ahora, resta que lo reconozcan también en el presupuesto.
Finalmente, la Salud se le escapó de las manos al jefe comunal. Y un grupo de padres doblegó la decisión personal de no abrir una Terapia Infantil en la ciudad. Los padres buscaron alternativas y las consiguieron. Si el Municipio no reaccionaba a tiempo, la Nación ya había garantizado una respuesta. Y finalmente, el pediatra que trabaja de intendente y que cada vez que puede besa a un bebé en la frente tuvo que “subirse” al tema. Terminó anunciando que iba a comprar los equipos para la Terapia que nunca quiso.
La agenda política, la agenda de los temas públicos, ya no la tiene el intendente ni su equipo de estrategas que va perdiendo integrantes. Tampoco la conduce la oposición. No todavía. La tiene la gente que se anima. Los vecinos que se organizan y buscan alternativas. Los que despertaron del sueño de una ciudad oasis y ven lo que se intentó ocultar.
Se terminaron los fuegos artificiales y los chorros en el Lago del Fuerte. Se van terminando los nombres para inaugurar plazas. Se agotaron las reservas de juegos infantiles de plástico. Y de a poco van saliendo los verdaderos problemas a la luz. Esos que nunca dejaron de estar o se fueron agravando por la falta de atención.
Esa agenda que duele, que mata a veces, no tiene dueño. Y menos que menos respeto por la autoridad. El intendente, a quien le gustan las cosas “correctas”, tendrá que saber que la pobreza y la injusticia tienen su propio idioma, no siempre educado. Esa agenda que duele y mata por partida doble (a víctimas y victimarios) se hace cada día más evidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.