"Los derechos de los niñ@s deben ser una cuestión de Estado."

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Escuchemos a los niñ@s!

sábado, 21 de abril de 2012

Piotti con los dias contados

Abuso de menores

Jury contra un fiscal de Tandil cuestionado

Luis Piotti, acusado por sus pesquisas
Por Sebastian Lalaurette  | LA NACION
El gran Titiritero cae y los nios tendrán Justicia
Gracias  @Cazdigital opor ilustrar esta noticia con tu Obra: " Niños esclavos"

LA PLATA.- Ya está todo listo para el juicio político contra Luis Piotti, el fiscal de Tandil acusado de negligencia y parcialidad en el tratamiento de causas de presuntos abusos sexuales a niños y niñas, promovido por el senador y ex jefe del gabinete nacional Aníbal Fernández y el diputado provincial oficialista Fernando Navarro.
Sobre el funcionario del Ministerio Público Fiscal provincial pesan graves cargos. En la presentación de Aníbal Fernández se menciona que "más de quince" familias denunciaron irregularidades en el trámite de diversas causas por supuestos abusos sexuales contra menores.
No obstante, el texto del requerimiento de juicio político se basa en cuatro casos, en los que el senador denunciante considera que el fiscal Piotti mostró po­co interés en impulsar las inves­tigaciones e incurrió en actos de "parcialidad manifiesta" y de "incompetencia o negligencia demostrada en el ejercicio de sus funciones".
En tanto, el pedido del diputado Navarro, hecho sobre la base de uno de esos casos, considera que los niños presuntamente sometidos a abusos quedaron en una "total indefensión" como consecuencia de la demora y las supuestas arbitrariedades en la investigación y en la marcha del expediente judicial.
En todos los casos tomados como ejemplos de la actuación de Piotti, los señalados como presuntos abusadores son los propios progenitores de las víctimas: el padre en algunos casos, la madre, en otros.
Los ocho legisladores encargados de enjuiciar a Piotti, con miras a su eventual destitución, son los senadores Cristina Fioramonti y Rubén Golía, y los diputados Iván Budassi, Ariel Franetovich, Franco Caviglia, Carlos Gutiérrez, Mauricio D'Alessandro y Gustavo Ferri.
El sorteo de los conjueces que tomarán parte en el jury se realizó el miércoles 4 del actual. Ahora, el flamante presidente de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, Eduardo de Lazzari, deberá decidir cuándo se inicia el juicio

sábado, 14 de abril de 2012

El Lic Loreal, perito Ofic que NIEGA los abusos denunciados en Tandil, sigue REVICTIMIZANDO cdo "Evalua": Asi NO!

Fuente: Diario El Eco Digital.

A través de la Cámara Gesell una niña contó la historia de abandono, maltrato y abusos sexuales
14.04- Comenzó un juicio oral y público en el Juzgado Criminal donde se ventila la aberrante historia padecida por una niña cuando tenía seis años. A través de la Cámara Gessell se conoció el testimonio de la menor, víctima abusada sexualmente cuando su mamá la dejaba al cuidado de una pareja de amigos.
Tamaño del Texto:

La niña evidenciaba timidez y especialmente incomodidad frente a los dos hombres que con paciencia buscaban precisiones sobre lo que padeció y la llevó a estar donde hoy se encuentra. Una entrevista que será las veces de testimonio incriminante para quien está acusado de abusar sexualmente de ella. Se trató de una Cámara Gesell ventilada en plena Sala de Acuerdos del Tribunal Criminal 1.
Los dos hombres que le daban la espalda a la cámara oculta, el fiscal Marcelo Fernández y el perito psicólogo Adolfo Loreal, indagaron a la niña, que de lenguaje correcto aunque limitado,  propio de la edad a la hora de tener que precisar de lo que fue víctima. 
Habló del “tipo” que la sacaba de su cama y la llevaba con él para tener sexo cuando ella tenía apenas seis años. Incluso en la cama donde -según la niña- dormitaba la pareja del hombre.
Con algunas contrariedades propias de un discurso espontáneo del que resulta todo un trauma tener que rescatar de su memoria lo padecido, más los nervios propios de exponerlo frente a extraños, la niña mezclará los dedos de sus manos en un rezo y las apretujará entre sus piernas, juntará sus rodillas y moverá frenéticamente sus pies cual resortes en el piso para así poder soltar su relato, que hablaba de los aberrantes sucesos de tiempo atrás.
 
La historia
 
Con la Cámara Gessell dio comienzo la audiencia, por la que el Tribunal, integrado por los jueces Pablo Galli, Guillermo Arecha y Gustavo Echevarría, buscará dictaminar responsabilidades penales, no sin antes desentrañar una historia de abusos, pero que viene con una mochila cargada de desarraigo, maltrato y abandono.
Es que la niña llegó a los seis años de su país natal junto a su hermanita de apenas cuatro años y su madre, que vino al país escapando de la miseria y en busca de una mejor oportunidad de vida, pero trabajando en la prostitución. 
Aquí su madre ya tenía una amiga de aquel país que ejercía el mismo oficio pero estaba en pareja y vivía en la casa de éste, donde residiría también el resto de la familia que aquella amiga trajo de su país. 
En dicha vivienda precisamente sucederían los abusos y aquel hombre, pareja de la amiga de mamá, identificado como Juan Gutiérrez, sería quien abusaría sexualmente de ella. Hoy está imputado de abuso sexual reiterado agravado con acceso carnal.
Según la historia de la niña abusada, su madre, cuando salía a trabajar la dejaba al cuidado precisamente de estas personas, entonces el hombre aprovecharía cuando todos dormían para hacer lo que la niña contaría y ahora se acusa. 
Hasta que un día, tras un año aproximadamente de vivir bajo esa situación, la madre tomó el remís de siempre para ir a “trabajar” y no encontró a sus amigos para dejar a sus niñas. El remisero solidariamente se ofreció a cuidarlas hasta tanto cumpliera con su trabajo. Ella aceptó con gusto, pero el hombre le dijo que primero conociera a su esposa para saber con quién dejaba a sus niñas, pero poco le importó a ella. Había que dejarlas con alguien. 
De hecho las dejó y dijo que al día siguiente las iba a buscar. Pasaron cuatro días y recién el matrimonio tuvo noticias de ella. Las niñas estuvieron en tanto a cargo del remisero y su esposa.
Ese tiempo alcanzó para que la niña conociera otra vida, otro ambiente y expresara su desesperada necesidad de no volver con su mamá. La madre sustituta, que atestiguó frente a los jueces y refrendó la historia ya contada en el expediente, la derivó al Servicio local, donde los profesionales tomaron nota de la delicada situación y se toparon con esa verdad silenciada hasta aquel día: la niña contaría que había sido víctima de abusos de aquel “tipo”.
Las autoridades oficiales, entonces, dieron intervención a la Justicia junto a aquella mujer que propició la denuncia y oficiaba de guarda de la niña, quien por disposición de la Justicia quedó bajo la contención de ese matrimonio, sin dejar de tener contacto con la madre que sí se quedó con la otra pequeña por decisión de la propia niña.
 
La defensa
 
Aquella densa historia, entonces, se ventiló durante el juicio, en el que no sólo se escuchó el testimonio de la niña, hoy de 16 años, sino que también desfiló quien hoy es su madre adoptiva y aquellas personas que vivían junto al acusado en dicha finca, pero que ninguna de ellas dijo ver ni escuchar nada sobre aquellos abusos, a pesar de que la víctima aseguró haberlos padecido, alguno inclusive donde ellos dormitaban.
La defensa del imputado buscó indagar sobre posibles intenciones de la víctima como la de la mujer que hoy la cría en pos de perjudicar a su representado y si en verdad la denuncia no tenía que ver con sacarla del lado de su madre biológica. Empero, ni los dichos de la niña ni de la hoy mamá adoptiva dejaron entrever algo de esa hipótesis.
Incluso se ventiló con el curso de los interrogatorios que la niña supo presenciar cuando su madre ejercía la prostitución en la propia casa, con hombres y a veces mujeres. Pero también quedaron despejadas las dudas instaladas sobre alguna influencia de aquellas vivencias a la hora de declarar lo que declaró la niña.
Quedaba sólo un testigo. Nada más y nada menos que la madre de la niña hoy adolescente, quien no estaba en el país pero por los dichos de algunos testigos estaba por regresar. 
Si bien el fiscal pidió incorporar por lectura su testimonio, el defensor se negó, entendiendo que era sumamente necesario tenerla en la audiencia para convalidar los dichos que oportunamente se expuso en la causa. Así, el Tribunal resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles venidero y esperar por el arribo de la madre. Una vez escuchado el relato, será el tiempo de los alegatos y el aguardo del veredicto de los jueces.*
 
Foto tribunal
 
El Tribunal, presidido por el doctor Guillermo Arecha y secundado por sus pares Pablo Galli y Gustavo Echevarría, observó y escuchó el testimonio de la víctima a través de la Cámara Gesell y luego desfilaron los testigos citados por las partes en torno a la aberrante historia.

miércoles, 11 de abril de 2012

Esperando a Godot: Llegara el Juicio a Piotti?

Abogados suman denuncias contra Piotti y reflotan jury a Montserrat

La causa de las familias de Tandil que denuncian la protección de la Justicia a los acusados en causas por abusos sexuales a chicos menores de edad encontró respaldo en el Gobierno provincial.

 
LA PLATA (Corresponsalía)- La causa de las familias de Tandil que denuncian la protección de la Justicia a los acusados en causas por abusos sexuales a chicos menores de edad encontró respaldo en el Gobierno provincial a través del vicegobernador Gabriel Mariotto.
El presidente del Senado provincial recibió a un grupo de abogados que acusan al fiscal de Investigaciones N° 3 de Tandil, Luis Humberto Piotti, de aprietes y persecuciones con armado de causas judiciales en represalia por patrocinar a los familiares que denuncian que hijos, sobrinos o nietos fueron abusados.
Pero las denuncias que se dieron a conocer ayer en el Senado no apuntaron solamente a Piotti. Los letrados señalaron irregularidades en la actuación de la jueza del Tribunal de Familia N° 1, Silvia Montserrat, que acumula desde el 2010 dos pedidos de Enjuiciamiento Político en la Legislatura bonaerense y que, según se desprendió de la reunión de ayer, habrían sido ?cajoneados? por la antigua conformación del Senado.
Una de las denuncias se basa en que la jueza le quitó la tenencia de su hijo a Rossana Parodi cuando todavía lo estaba amamantando. La mujer al principio había decidido dar en adopción al nene pero después se arrepintió. Montserrat también es investigada por haber desvinculado a una mujer de su hija para darla al cuidado del padre, acusado de haberla violado antes y después de obtener la tenencia.
Fátima Silvia y Ana Galván, las abogadas que iniciaron los pedidos de juicio político a la titular del Tribunal de Familia, contaron la historia a Mariotto y un grupo de legisladores del oficialismo encabezados por el dirigente del Movimiento Evita, Fernando ?Chino? Navarro.
Juan González Guerra también denunció a la Silvia Montserrat. En su caso fue por no haber extendido la restricción de visitas a un hombre, presunto abusador de su hijo, cuando todavía estaba en curso la causa penal que llevaba el Agente Fiscal Gustavo Morey, titular de la UFI Nº 8 de Tandil.
El letrado también señaló al fiscal que llevaba la causa por haber archivado la denuncia luego de que el niño de cinco años no diera indicios de abuso en la pericia psicológica. La madre del chico había realizado la denuncia con un estudio médico que, según relató el abogado, comprueba las lesiones en el cuerpo del chico producto del abuso; marcas que la madre descubrió luego de que el chico estuvo con el papá.
Piotti suma acusaciones
Al Juicio Político aprobado por la totalidad de los legisladores de la Comisión Bicameral contra el titular de la Fiscalía de Investigaciones N°3 de Tandil, que se centró en el accionar que tuvo sobre la causa denunciada por Patricia F., se anexarán más denuncias de otros casos.
Los abogados Claudio Castaño, patrocinante de la psicóloga Daniela Lezcano también presentó ante el vicegobernador y los legisladores más acusaciones. Además se sumarán los casos de Ezequiel Maradeo y Maximiliano Orsini, que llevaron el caso de la familia Gonzalo y de Patricia Ferrari.
Piotti denunció en el Colegio de Abogados de Azul a Orsini por un escrito que éste le presentó para solicitarle, "con un término medio fuerte" según reconoció el abogado, que le realizaran la declaración en cámara Gessel a los chicos abusados, luego de "un retraso inconducente" por parte del funcionario judicial. El caso está incluido en el pedido de Jury aprobado a fin de año.
Por su parte, Castaño contó a este diario que Piotti le armó, en total, tres causas penales. Todas por pedir dinero a sus clientes y coimear a un funcionario judicial para sacar una causa a su favor. "Piotti llama al cliente, lo aprieta y le arma una declaración en mi contra: "Con esto lo hundimos a Castaño´, le dice. Pero el chico sale descompuesto de ahí, me lo cuenta todo a mí y después declara ante el mismo fiscal diciendo qué fue lo que pasó. Y de ahí nunca me llamaron a declarar indagatoria. Así se cayeron dos causas?, relató el abogado que defiende a Lezcano.
"Ahora armó una tercera pero se victimiza él diciendo que yo pido a un ex cliente para pagarle a Piotti. Por suerte esta causa la tiene el fiscal Marcos Egusquiza que me va a indagar prontamente. Con ese fiscal tengo la serenidad que voy a tener un juicio justo. Yo no estoy diciendo que soy un santo pero quiero que se esclarezca?.

Fuente: http://www.lacapitalmdp.com/noticias/Policiales/2012/02/17/209302.htm

Esperando actualizacion de: Cuatro diputados y una senadora serán jurados del caso Piotti

Cuatro diputados y una senadora serán jurados del caso Piotti

22/3/2012 - 10:52 - LA PLATA
Falta que el Poder Judicial designe a otros cinco conjueces para comenzar a evaluar la denuncia contra el fiscal de Tandil, acusado de actuar a favor de denunciados por violación.
Los diputados Ivan Budassi, Ariel Franetovich, Franco Caviglia, Ramiro Gutiérrez y la senadora Cristina Fioramonti fueron designados conjueces para juzgar al fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción 3 de Tandil, Luis Piotti. El Jurado será completado cuando la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, hoy a cargo del doctor Eduardo Pettigiani, realice el sorteo para seleccionar a los cinco miembros restantes entre los abogados de la matrícula.
Luis Humberto Piotti es acusado de incompetencia, negligencia, incumplimiento de deberes, demoras en los dictámenes, irregularidades y actos parcialidad manifiesta a favor de los denunciados en causas de menores abusados que llegaron a su fiscalía para la instrucción penal.
Los cinco legisladores provinciales con título de abogado fueron sorteados el jueves pasado en el Senado bonaerense entre otros 33 diputados y senadores en condiciones de ser conjueces.
Como se informó anteriormente, la nómina de diputados senadores con título de abogado está constituida por 15 legisladores del Frente para la Victoria, 8 del peronismo disidente (bloques de Unión Pro Peronista, Unión Celeste y Blanco, Proyecto Bonaerense y Alternativa Peronista), 3 del Frente Amplio Progresista, 3 de la UCR, 2 macristas (del Pro Peronismo) y 2 de la Coalición Cívica.
Los seleccionados pertenecen todos al Frente para al Victoria, salvo el abogado de Dolores Ramiro Gutiérrez, que preside el bloque Proyecto Bonaerense.
Los conjueces suplentes, en tanto, son los diputados Mauricio D´Alessandro de Unión Celeste y Blanca, Gustavo Ferri del Pro Peronismo y Darío Golía del FpV.
En el mismo acto fueron designados los jurados para otros 14 casos de juicio político, entre ellos los que evaluarán las denuncias contra el Fiscal General de Morón Federico Nieva Woodgate por su labor como juez durante la última dictadura militar.
Al igual que con la denuncia realizada al fiscal Piotti, el caso del funcionario de Morón fue aprobado a fines del año pasado por la Comisión Bicameral para el Enjuiciamiento de Funcionario y Magistrados. El doctor Ulises Giménez, a cargo de la Secretaria Permanente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios, destacó que “se están cumpliendo con los plazos previstos”.
Fuente: La Voz de Tandil

viernes, 6 de abril de 2012

La Violencia en Tandil en un programa de TV

El martes próximo pasado en canal América, en el programa "Cámaras de Seguridad se mostró un video del Centro de Monitoreo". El Diario ABC Hoy publica una nota donde dice: “en una de las filmaciones vimos como en una esquina había varios chicos con palos, como armándose para una pelea, y como fueron disuadidos por la policía, allí se evitó un hecho lamentable”.
Espero que las 16 cámaras que instalaron hayan enfocado lo que paso ayer 5/4 en la tarde noche, en "El la Feria Artesanal al Pie del Parque" donde una banda de adolescentes apodada "Los Peques", debido a que su líder es de corta estatura, propino una paliza a otro adolescente que paseaba en compania de un amigo de menor edad.
El líder de la banda había momentos antes amenazado a la victima (13 anos) y su acompañante (12 anos), exhibiendo una sevillana.
Finalmente la velada amenaza se concreto y el mayor fue victima de una golpiza a manos de esta banda.
Espero que el programa "Cámaras de Seguridad@ de América retorne y compruebe que estas bandas actúan impunemente en la ciudad de Tandil. 
Estas bandas no son disuadidos en su accionar delictivo simplemente porque la policía esta ausente: 
Ayer había un puesto sanitario, supuestamente dedicado a velar por la salud de las decenas de miles de fieles, turistas y visitantes que se llegaron a la celebración, se dedicaban a inflar globos. Y sobre el accionar policial, solo pude observar a 2 (dos) policías para controlar a una multitud de 30.000 personas. 
Los delincuentes felices en Tandil, Su Tandil sonado.


 Fuentes: Propias testimonio y nota de ABC Hoy


Posteado en su pagina de Facebook: Yo veo Camaras de seguridad ( America TV )
"Podrian postear las imagenes de Tandil donde se ve a una banda acopiando palos para un futuro enfrentamiento? Podrian regresar a Tandil y coocar sus propias camaras en plazas y mostrar el accionar de bandas de adolescentes que controlan el espacio publico? Gracias"

Trata: El límite del Edipo


las12
Viernes, 30 de marzo de 2012
TRATA

El límite del Edipo

Lorena Martins denunció a su padre por tener una red de prostíbulos en Buenos Aires, Mendoza y México. Sostiene que el Gobierno de la Ciudad y la Policía Federal lo encubren y que su poder e impunidad comenzaron en la dictadura. Ella cree que la quieren desprestigiar acusándola de extorsionadora, pero dice que no va a parar hasta que las más de 350 chicas secuestradas sean liberadas. Esta semana fue a la Legislatura porteña y puso en marcha una organización no gubernamental para ayudar a las víctimas de la trata de personas.

De la vida naïf le queda un saco rosa. Un cuerpo en el que los botones le abrochan. El pelo casi rubio, casi liso. La piel tostada. El porte de una mujer que puede pasar indiferente, entre mujeres rubias, tostadas, de saco abrochado como una vida sin hilachas. Pero ella decidió romper con uno de los códigos más cruentos de la cultura y denunciar a su propio padre, Raúl Martins, a través del periodista de Página/12, Raúl Kollmann, en enero de este año. No frenó. Ahora también acusa a quienes no la escuchan o hacen como si no la escucharan.

Cuenta que una mujer la abrazó borracha, que sólo borracha se pudo animar a hablarle, y que le pidió ayuda. Cuenta que su cuerpo –aún alineado para otras vidas, sin más encierro que un country o un auto blindado– se quedó pegado a ese abrazo que se volvió una marca. Ese abrazo de una vida sin tregua para elegir, para irse o volver.

Ella se enteró de los verdaderos negocios de su padre cuando se separó de su marido y volvió de Europa. Su papá le propuso decorar un restaurante y sus empleados empezaron a hablarle con la confianza de una hija que –supuestamente– debía saber que no se trataba de un sitio gourmet. Ella dice que no sabía, pero que empezó a investigar. Y que cuando se enteró de que su papá no era un comerciante sino un tratante de mujeres, lo denunció. Y él –su padre– la intentó matar.

“Siempre duele”, no miente el significado de tener como enemigo a su padre.
El la acusa de haberlo querido extorsionar por dinero. Y el imaginario la vuelve una hija despechada, una mujer ambiciosa, una loca rubia. Ella lo niega. Pero, aun sin creerle, Lorena Martins se volvió una incomodidad para la Policía Federal, el gobierno mexicano y la gestión porteña, que siguen permitiendo los negocios en donde ella comprobó que había mujeres realizando trabajos sexuales contra su voluntad.

Si el gatillo fácil de la Policía Bonaerense empezó con la mano de obra barata –de barata nada, bah– de la policía de Ramón Camps durante la dictadura militar, la trata de mujeres también devela su origen –o su expansión– en la impunidad de un gobierno sin leyes ni frenos ante las torturas que empezaron en centros clandestinos de concentración y que, en este caso, siguieron en prostíbulos infranqueables de corrupción.

No es lo mismo el terrorismo de Estado que el terrorismo sexual en un Estado que combate la trata de personas. Pero Lorena Martins cuenta cómo su papá comenzó con la explotación sexual con la impunidad que le daba pertenecer a la SIDE durante el terrorismo de Estado y que, con esa impunidad, se le hizo costumbre torturar, desaparecer, quebrar, amenazar y permanecer.

Lorena habla. Pero cuesta que la escuchen. El lunes 26 de marzo estuvo en la Legislatura porteña, invitada por las diputadas María Elena Naddeo, presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud; y María José Lubertino, titular de la Comisión Especial Real de Oportunidades de Trato entre Mujeres y Varones. Allí denunció al ex agente de inteligencia Raúl Martins por proxenetismo y trata de personas. Y remarcó: “Hoy desde Capital se venden chicas a Mendoza por 1000 pesos y otras son llevadas a México sin documentos”.

Lorena habló con Las12, mostrando los temblores que intenta disimular y los miedos que afronta junto a otra parte de su familia, la que también sabe de la violencia de la que ella habla.

Hoy se habla de prostitución VIP y se transmite mediáticamente la sensación de que caen en estos boliches las chicas que quieren y porque quieren...
–En la organización se jactan de quebrar víctimas y no de contratar personas de la noche, porque así son más fáciles de explotar. Las presionan a hacer copas, a realizar bailes que parecen inocentes hasta que se quiebran. Me duele hablar de esto. Son 350 chicas en Capital más las que son llevadas a Mendoza y a México. A algunas las amenazan con contarles a sus familias lo que ellas hacen, a otras les sacan los documentos o les cobran multas de 300 dólares porque, por ejemplo, un cliente se ofendió o por rechazar a un narco al que las chicas les tienen pánico.

¿Por qué no fueron liberadas las víctimas que dijiste donde están secuestradas?
–Tengo que pensar que no importa la vida. Mi padre tiene mucho dinero, incluso en las Islas Caimán, mucho poder y muchos jueces amigos. Pero si va un inspector hoy –no mañana, cuando ya avisaron– a uno de los locales, se puede cerrar. Este es mi enojo con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con los legisladores que no quieren escucharme. Mi padre dice que quiere hacer un museo de la prostitución en un video que ya mostré, pero existe complicidad que no sé si llamarla mafiosa. Hoy estos locales tienen que estar cerrados, pero están abiertos.

¿Qué respuestas recibió del PRO?
–No me recibieron ni Mauricio Macri, ni María Eugenia Vidal. Pero sí hablé con el legislador Cristian Ritondo, que se comprometió a hacer algo. No vino acá, no sé si me miente o dice la verdad. No quiero decir algo partidario, pero no lo hago por mí sino por las chicas. Yo no voy a parar. No voy a darles tregua, aunque me tenga que atar a la Legislatura.

¿El macrismo le debe favores a su padre porque la red de prostitución puso plata para la campaña política?
–A fines de los ’90, Gabriel Conde, el hijo de un dirigente de Boca, estuvo preso 29 días por una causa que lo comprometía con una menor de edad. Después se va a trabajar a México con mi papá. Oscar Ríos trabajaba (era titular) en la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad hasta el derrumbe de un gimnasio en Villa Urquiza. Este señor recibió dinero para la campaña política. Yo vi ese pago. Después, no sé qué hizo él con esa plata. Igualmente, no tengo camiseta partidaria. Esto sucede desde hace veinte años. Pero ahora les toca afrontar una denuncia con videos, testimonios y víctimas concretas. No recibí ni una respuesta. Es terrible la inacción del Gobierno de la Ciudad.

¿Cuáles son las imputaciones a la Policía Federal?
–Yo me reuní con la ministra Nilda Garré. No la fui a felicitar. Le dije que la Policía Federal estaba corrupta y creo que reaccionó como tenía que reaccionar: investigó la comisaría 19ª. La corrupción en la Policía Federal es grande. Yo tuve amenazas y hasta entraron a mi domicilio y no tenía dónde ir a denunciar porque sabía que estaban pagados por mi papá.

¿Tenés miedo por lo que pueda pasarte después de estas denuncias?
–Yo no sólo tengo miedo. Vivo en un infierno, en campañas difamatorias. Es muy terrible para una persona ser denunciante de prostíbulos que siguen funcionando y no pasa nada. Es inaceptable que haya gente encerrada sin salida en el siglo XXI.

¿Por qué lo denunciaste ahora, aunque esta situación no es nueva?
–En 2000 me enteré de que mi papá había trabajado en la SIDE y hacía espionaje. Mi primera reacción fue tratar de creerle a mi papá. Así y todo, por las presiones que sentía, me fui a Europa. Yo viví diez años en España. Estaba casada con un inmunólogo y trabajaba en el rubro inmobiliario. Cuando me separé, volví a la Argentina. Ahí me empecé a enterar de todo.

Raúl Martins dice que vos querías dinero para no denunciarlo y que lo extorsionaste...
–Me pusieron como siete denuncias penales en un mes por extorsión, secuestro, robo, estafa. Es otro apriete más de la mafia, es otra forma de decirme “callate”. Cada vez que alguien se planta a denunciar dicen que es una extorsión. Mi papá se dedica a difamarme y a volverme loca, y mediáticamente le funciona. Pero es la típica decir “está loca, es drogadicta, quiere plata”. Es la estrategia de siempre.

No es un enemigo cualquiera, es tu papá...
–Te duele siempre. Pero tenía que elegir entre las víctimas y él. Yo, primero, empiezo a dialogar para que se aparte de este tipo de negocios. Creía que lo iba a convencer... hasta que me quisieron matar.

¿Tu papá te quiso matar?
–El me amenazó de muerte por un celular abierto que escucharon abogados. Y a los cuarenta minutos viene un auto con agentes de la SIDE.

¿Cómo creés que un padre puede mandar a matar a su propia hija?
–El priorizó su organización mafiosa a su familia por ambición, por dinero y por poder.

¿Tu papá había sido violento en tu familia?
–Prefiero no contestar eso. Te puedo decir que trabajó en los servicios de inteligencia de la dictadura y se tornó molesto con mi mamá y con todos. La violencia surge con el poder que le daba ser agente en la dictadura.

¿Cómo descubriste la red de trata?
–Cuando vuelvo a la Argentina, mi papá me da un trabajo para redecorar un restaurante y algunos empleados empiezan a hablar pensando que yo sabía. Luego me infiltro y empiezo a ver que había corrupción y a cuestionarlo. 
 
¿Qué te decidió a denunciar?
–Una chica que me abrazó en México y me pidió ayuda. Estaba borracha y por eso se atrevió a hablar conmigo. Son situaciones que te marcan un antes y un después. El infierno que vivo es recordar la cara de la gente que me pidió ayuda y sigue ahí adentro. Si mi viejo hizo tanto mal, a mí me toca revertirlo. Yo estoy buscando apoyos para crear una organización no gubernamental (ONG) que ayude a víctimas de trata y no voy a parar hasta que cierren todos los prostíbulos que conozco.

VIOLENCIAS La escena imposible (Pagina/12)

Aunque la primera reacción frente a la noticia de una mujer que mató a su hijo sea el espanto, la que sigue inmediatamente después es el voyeurismo y la necesidad de tapar con gestos indignados y palabras de más -tal el caso, ni más ni menos, del fiscal que entiende en la causa- esa escena irrepresentable donde una madre arremete violentamente con el mandato social, da pruebas fehacientes de que no hay tal cosa como el instinto y se hunde en el estereotipo de la loca despechada como si fuera una vaca que camina por la manga al matadero. ¿Cuál es el riesgo de tapar con modelos hechos la agresividad de las mujeres? ¿Por qué la insistencia en determinar su estado mental? ¿Quienes pueden “llevar agua para su molino” después de esta escena? ¿De qué busca ponerse a salvo la sociedad mediática?

Adriana Cruz ahorcó a su hijo Martín, de 6 años, y lo sumergió en el agua de un jacuzzi mientras otra de sus hijas, de 15 años, estaba en el cuarto de al lado. Pasó el 20 de marzo y desde entonces este relato, los ecos del testimonio de un vigilador y de la amiga de Cruz, más el recorrido del auto que la sacó del country San Eliseo, desde donde dijo haberlo matado “para cagar al padre”, tuvieron un efecto multiplicador en los medios que pone el signo de interrogación en las representaciones sobre mujeres y madres, sobre hombres de familia y hombres de ley, como Carlos Vázquez, el padre del chico y eterna víctima de una historia que nunca va a tenerlo en el ojo de ninguna investigación porque el castigo que implica la muerte de un hijo a manos de su madre tapa todo el resto del paisaje; o como el fiscal de la causa Leandro Heredia, que confesó haber llorado por Martín y que comparó el crimen con la película El exorcista, por lo brutal y aterrador de la escena, como si pudiera ver en Adriana Cruz a una poseída sobrenatural y no a una mujer que se calzó al hombro el estereotipo de despechada peligrosa capaz de hacer cualquier cosa por venganza.
Los sentidos de un crimen de esta naturaleza pueden abrirse a la reflexión sobre los roles de género, la ineficacia de apelar a la pasión para describir este u otros casos, como los femicidios, donde se apela al sentimiento de amor desmedido para justificar la violencia, o para hacerla más tolerable.
La historia del infanticidio es tan antigua como la humanidad, pero mientras la tragedia de Eurípides que tiene como protagonista a Medea se hunde en el corazón de un drama que la lleva al destierro y a reflexionar sobre las desventajas de estar confinada al territorio privado y provisto de predicados asfixiantes (mujer = madre buena, dedicada, a gusto en la casa, feliz de dar el poder al hombre, envidiosa de su capacidad de recuperación y aventura, etc.), la Edad Media y la modernidad confinaron al infanticidio a un método soportable de control de la natalidad. En la redacción de nuestro Código Penal de 1921, se comprendía que una mujer matara a su hijo si era bastardo, ya que tener un hijo ilegítimo implicaba la “muerte social” de la madre, por lo que las penas de estos casos eran atenuadas. En 1995 esa figura fue eliminada y pasó a contemplarse como “homicidio agravado por el vínculo”, figura que llevó a la cárcel a Romina Tejerina, en 2005. Su historia puso al infanticidio en los titulares: Romina mató a su hija recién nacida a puñaladas, una hija producto de una violación que ella no se animó a denunciar, por vergüenza aprendida y por la necesidad de que esa noche no tuviera consecuencias, mucho menos en la cara y el cuerpo de un hijo. El caso reveló tantas de las fragilidades a que estamos expuestas las mujeres con la ilegalidad del aborto, la imposición del silencio y los atenuantes de salir al mundo en minifalda, ya sea porque Romina fue golpeada en la cárcel como por la impunidad de su violador, que jamás fue imputado ni investigado, y quien quiso reconocer como hija a la beba muerta.
Roxana Hidalgo es psicoanalista y docente de la Universidad de Costa Rica. Hizo una larga investigación sobre cinco mujeres que mataron a sus hijos en su país y publicó las conclusiones en el libro Cuando la feminidad se trastrueca en el espejo de la maternidad (EUCR, 2001), pero su intención inicial de convertir este trabajo en su tesis de doctorado quedó trunca; el rechazo de algunos grupos feministas donde trabajaba y la propia dificultad para manejarse en un cable tan fino (la empatía que le provocaban los testimonios y las descripciones de las torturas y muertes de los chicos) la convencieron de tomarse más tiempo. Su tesis doctoral fue entonces sobre Medea y las construcciones sociales que devienen en mandatos culturales que establecen parámetros de conducta estancados, fijos, telarañas donde quedan atrapadas las identidades cuando no pueden zafar de sus destinos prefijados: de cómo la violencia deviene en más violencia, de cómo se cree que la mujer deviene en madre “naturalmente”, sin que medie un trabajo profundo con los propios deseos y posibilidades, y de cómo el hombre también parece ser dueño de una flexibilidad ficticia: con el poder de abandonar a una familia sin que eso se convierta en un drama social, pero con la imposibilidad de ver al otro género con pulsiones agresivas, lejos del estereotipo de madre abnegada. Hidalgo ve en el caso de Cruz una doble dimensión, la necesidad de arrinconar el relato para que no se vuelva insoportable, ni capaz de entrar por la ventana de la propia casa y la avidez por visibilizar hasta convertir a la victimaria en una perra fría e implacable, de la que se puede pedir hasta la muerte. No es casual que el fiscal Heredia se haya sentido habilitado para dar su versión a los medios sobre el encuentro con el cadáver como un momento shockeante de su carrera, que lo obligó a retirarse de la escena para recuperarse del horror. Heredia fue categórico a la hora de declarar fuera del ámbito judicial que la acusada ya fue declarada imputable, lo cual es un gesto poco usual para su cargo y una muestra del consenso que genera este tipo de crímenes.

–Con este caso aparecieron además agrupaciones de hombres que dicen haberse unido por ser víctimas de sus ex mujeres (madres de sus hijos) que gozan de los privilegios que les otorga la Justicia sólo por ser madres y que los privan de ver a sus hijos. Es sabido que detrás de esas organizaciones hay pedófilos comprobados, abusadores que están privados de ver a sus hijos por razones obvias. Sin embargo, pareciera que estaban esperando un caso como éste para poder decir “¿vieron que ellas son violentas también?”.

Hay algo de la masculinidad que con estos casos queda atravesado, con un gran signo de pregunta. La maternidad es lo incuestionable, por eso el filicidio genera un rechazo tan visceral. Nos sentamos a la mesa y alguien comenta el caso y los hombres dicen “ya, no quiero hablar de eso, es un horror”, y niegan con la cabeza, cierran los ojos. Bueno, ésa es una reacción masculina muy común que en los medios se vislumbra cuando un reportero insiste con violencia por sobre un perito: “¿Pero ella está loca, no? ¿La van a condenar?”. Una avidez por separarse, por un lado, por poner lejos de mí a esa mujer y a esa historia (que además por ocurrir en un barrio cerrado genera una identificación y un efecto espejo para la gente que está a cargo de los medios de comunicación que hacen todo más difícil de digerir) y por otro lado la necesidad de que ella sea castigada, y castigada de la manera más cruel, por ejemplo, indagando sobre la posibilidad de que las otras presas (ésas sí, narcotraficantes o ladronas, pero madres, y si madres, mujeres al fin) las revienten a golpes, las violen, las castren o las obliguen a suicidarse. Por último está este último grupo de hombres que reacciona con la moneda de cambio que les conviene: la que tira agua para su molino. Este fenómeno que se da en la Argentina de los padres unidos para legitimarse frente a la sociedad es bastante curioso, porque genera identificación en un montón de gente (que tal vez no está viviendo lo mismo, pero se monta a esa sospecha sobre la mujer-perra que, amparada por la Justicia y por su carácter de “débil madre”, hace cualquier cosa). Entonces es un fenómeno complejo, de muchas dimensiones, las mismas que ha atravesado su Presidenta, por ejemplo, cuando era catalogada de “yegua”, sólo interesada por las joyas y la ropita, a la mujer conciliadora y leal cuando atravesó la muerte de su marido y fue honesta respecto de sus emociones. Todo ese arco de sentimientos que despertó, esa complejidad que en definitiva es la emocionalidad humana, es lo que no estamos preparador para soportar, por eso fijamos categorías y luego nos quedamos atrapados en ellas. Estos padres reflejan lo peor de esa cimentación, porque se suben a un caso que es uno en miles y dejan rebotando en la cabeza de la gente esa sospecha eterna por sobre las mujeres, la que nos sigue condenando el doble por los mismos crímenes que el hombre, por ejemplo.

–¿Por qué es tan desigual el sentimiento, las reacciones e incluso las penas (en su libro aparece el caso de una mujer que mató a su hija a golpes junto a su novio y a ella la condenaron y a él, no) cuando la que mata/abandona a su hijo o hija es una mujer y no un hombre?

Lacan hablaba de la ley paterna, y ley paterna nada. Todos sabemos que salen al mundo miles de niños y niñas que no han sido criados por un padre sino por una madre sola, o incluso las familias queer ahora están poniendo sobre la mesa que la ley paterna es simplemente una vara que al niño le entra como sea, es el poder de los límites dados con amorosidad lo que socializa correctamente y moldea éticamente a una persona. Eso por un lado pero, además, el hombre está entrenado para salir al mundo a reforzarse como líder, a ser proveedor, si no es de esta familia será de aquella otra, el hombre es como un viajante, una variable libre, puede estar aquí o allá, pero si está procurando el alimento no es castigado. Un tipo que no consiguió pareja a los 45 años es un jodido, o un picaflor, pero jamás es un pobre diablo que no ha sabido armar un proyecto que lo aleje de la depresión, como se diría de una mujer (“pobre, no pudo formar familia...”). Las mujeres tenemos esa espada, cada vez menos, claro, pero ya lo decía Medea, “la mujer es el ser más desgraciado: tenemos que comprar a un hombre para matrimonio y si nos va bien, tocamos el cielo, y si no, el infierno”. Y es cierto, hasta las minas más preparadas caen en ese compartimiento estancado. Los griegos sentaron la base de nuestra cultura en infinidad de categorías, y ésta no es una menor, el amor sacrificado, la madre dedicada, el hombre poderoso y nómade. Pero la mujer que mata a un hijo trastrueca todo, es un acto de arrojo que por supuesto que bordea la locura, pero que también se calza un estereotipo: el de la mujer despechada, capaz de hacer cualquier cosa para castigar al hombre. Esta Adriana Cruz está más presa del estereotipo que cualquier otra, y ése es un peligro de hoy: que los estereotipos tan salvajes queden brumosos debido a los avances sociales de las mujeres.

–Existió una denuncia previa del marido, y una amiga de la mujer declaró que él le contó que ella quiso ahogar a otro de sus hijos con un almohadón. ¿Cuánto pesa el estereotipo sobre la mujer/madre amorosa para que se desoigan estos antecedentes, incluso a nivel judicial? ¿Cuál es el riesgo de no ver la agresividad en las mujeres?

La agresividad en las mujeres no sólo no se ve sino que se intenta tapar por todos los medios desde que somos pequeñas. A ver: a las nenas no se les permite jugar de mano, esto que estoy diciendo es a nivel general, por supuesto que hay familias, personas, padres, madres, que han entendido que no importa con qué jueguen los chicos, si con muñecas rosas o con pelotas de fútbol, lo que importa es que jueguen, que entren en ese universo y sean libres. Bueno, salvando eso entonces y hablando de la generalidad, a las nenas se les reprime el impulso agresivo, la pulsión de destruir, de golpear, de matar (a un bicho, por ejemplo), en cambio al hombre se lo celebra y se le impide llorar o “mariconear”/tener miedo. Entonces, claro que nadie ve la potencial violencia de una mujer, y mucho menos sospecha que esa violencia se va a volver contra su propio hijo y no contra su ex marido o contra ella misma, por ejemplo. Por eso, una vez consumado un hecho de estas características, la necesidad de que ella sea castigada es tan rabiosa, porque es otra manera de tapar, de tapar que la mujer con la que duerme el del noticioso tiene una pulsión agresiva, y más de una vez pensó en tirar por la ventana a su bebé cuando no la dejaba dormir. Lo pensó y dejó ir el pensamiento: eso la diferencia de una loca como Adriana Cruz, pero lo pensó y eso ya es insoportable para un varón.

–Así como cuando tenés un hijo ya no volvés a ser la misma, cuando matás a un hijo se genera una sensación irreversible, muy diferente a matar a cualquier otra persona. ¿Es así? ¿Qué cosas se mueven allí según los testimonios que tomó, según su experiencia?

Las mujeres que yo entrevisté habían sido víctimas de violencia feroz. No sabemos en este caso cómo fue la infancia de Adriana Cruz, pero por mi experiencia la filicida tiene una historia compleja, algo de su proceso de socialización falló, aunque después aparentó ser una mujer normal, adaptada, capaz de un exilio, de un matrimonio, de tres partos... Digo, no se volvió loca cuando vio la sangre del parto, algo que pasa en muchas mujeres con trastornos psiquiátricos y antecedentes de violencia infantil: la experiencia de parir las enloquece, las bloquea. Acá no, lo que dispara la locura es el abandono, y es una locura que no ha sido escuchada evidentemente y en esto no podemos culpar a nadie, no podemos decir que la hermana del nene no vio o que la amiga no calculó o que el ex marido no denunció lo suficiente. Hay que poder soportar que Adriana Cruz estaba en el mundo como tantas otras personas con potencialidad agresiva que no aparentan. Incluso los psicoanalistas más experimentados tienen pacientes que se suicidaron sin que ellos pudieran preverlo. Digo, hay algo de la conducta humana que puede dispararse de repente, en este caso se dice que ella vio una foto de su ex con la nueva pareja. Y claro, lo que decíamos antes, nadie ve en una madre (y mucho menos en una madre dedicada) una potencial asesina de sus propios chicos.

–Cuando Adriana Cruz mató al hijo, escribió las paredes de la casa con aerosol, puso “mujer despechada”, “enjoy”, le pintó las camisas al marido, etcétera. Pero se calzó al hombro el estereotipo social de que una mujer despechada es capaz de hacer cualquier cosa.

Se hizo cargo de siglos de historia, de lo que dijo Medea: “Si nos va bien tocamos el cielo y si no, el infierno”. No tuvo recursos para imaginarse una vida sin él y quiso vengarse, aun a costa de su propia muerte social. No pudo pedir ayuda, aun en un barrio cerrado, lo que sugiere que los crímenes atraviesan todas las clases sociales y que el hermetismo de los espacios con seguridad en las afueras de las ciudades generan nuevos estereotipos peligrosos: las familias perfectas, los chicos jugando en paraísos sin autos ni peligros, todo eso monitoreado por cámaras las 24 horas... Bueno, diversos hechos han demostrado que no es precisamente la solución a los problemas de la inseguridad urbana, pero porque se generan nuevos caldos de cultivo de soledades, donde el que no encaja perfectamente en el molde es marginado y donde el sentido de lo comunitario está regido por un factor netamente económico: no es un kibutz, no hay un trasfondo altruista, no hay “bien común”, es gente amontonada compitiendo por ver quién la tiene más gruesa. Difícil que pasen cosas maravillosas en ese contexto y, mucho menos, que se pueda pedir ayuda.
Las pintadas que aparecieron en la casa y que se supone son posteriores a la muerte del niño. Adriana Cruz al momento de ser detenida.