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martes, 15 de mayo de 2012

Una madre que se dice desesperada pide por el paradero de su hijo y pelea por su tenencia

Una madre que se dice desesperada pide por el paradero de su hijo y pelea por su tenencia
15.05-La joven madre y su abogada que resultaron disparadores del pedido de jury contra la jueza de Familia, Silvia Monserrat, volvieron a exponer el tema frente a una nueva situación de desencuentros. La mujer dijo que hace mucho no puede ver a su criatura porque el padre se lo impide.



Un caso delicado, una historia compleja que incluso derivó en polémico disparador para ahora fundar buena parte del jury que debería afrontar la jueza de Familia, Silvia Monserrat, ganó por estos días un nuevo capítulo, a partir del reclamo de una madre que quiere ver a su hijo, y dice que el padre de la criatura se lo impide.
Se trata de Rosana Benítez, quien en octubre el ante año pasado tuvo su sexto hijo, al que primeramente iba a dar en adopción, pero luego se dijo arrepentida. En medio del confuso episodio, la jueza retiró al bebé en una casa de contención hasta tanto se resolvía el entuerto, lo que generó un cuestionamiento de la letrada Ana Galván (en representación de la madre) por el impedimento de contacto. Más precisamente por no poder ejercer la patria potestad y poder amamantar a su hijo.
Finalmente se arribó a un acuerdo, por el cual la mujer pudo amamantar a la criatura en tanto que quedó bajo la guarda del padre, quien reside en Pinamar.
Ahora, la madre junto a su misma abogada dice estar padeciendo una restricción similar, a partir de la presunta negativa del padre a la hora de poder ver a su criatura.
Rosana contó que aquella decisión de dar a su hijo al padre y tener visitas pautadas fue dura, pero que entendió que era “el mal menor” frente a lo que estaba sucediendo, con acusaciones cruzadas.
Reseñó que aquel “pacto” se fue cumpliendo por un tiempo hasta que ella tuvo que regresar a su país natal, Paraguay, donde están viviendo sus otros cinco hijos. Allí, en su última visita, sufrió un accidente de tránsito y el tiempo de ausencia con su hijo en Pinamar se extendió. Hasta que por estos días regresó para verlo y ya el padre -dijo- no se lo deja ver.
“Al llegar llamé (al padre del bebé), me atendió y le dije que estaba de vuelta y que quería verlo de nuevo a mi hijo. Y me dijo que no, que yo tenía muchos hijos, que estaba grande y acostumbrado a estar ahí y me cortó. Me fui a buscarlo adonde vivía y no lo encontré”, relató la joven madre mostrando angustia.
Recordó al respecto que un día lo encontró a su ex pareja en un supermercado y volvió a reclamar que quería ver a su hijo “y que no iba a molestarlo”, pero le dijo “que el nene estaba grandecito y que no me iba a reconocer”.
“Llamé el día del cumpleaños del chiquito -el 7 de octubre-, pero no me atendían. Le mandaba mensajes y tampoco”, añadió.
“Pensé en el futuro de él al darlo en guarda, que era diferente. Pensé que si estaba ahí iba a ser mejor, aunque sea lo iba a ver e iba a saber que yo era la madre”, agregó con pena.
La doctora Galván recordó que aquel acuerdo se arribó porque “se había planteado un régimen amplio de visitas y se dio la posibilidad en aquel momento de poder sacarlo del hogar,  porque según el informe que hay de la propia gente encargada del hogar, surge que no era un lugar apto para un bebé”.
“Entonces -siguió- como elemento más del bebé que de ella por quererlo tener, era mejor sacarlo del hogar y entre los dos males, la institucionalización y estar con el padre, que estuvo ausente durante todo el embarazo, se prefirió favorecer la relación con el padre, pensando siempre que hubiera un régimen amplio”.
La letrada señaló que “las cosas saltaron enseguida con el régimen de visitas porque hubo inconvenientes con él. Y no sé quién le ha hecho creer que ella lo quiere para hacerlo desaparecer. Ha recibido algún asesoramiento exterior que no es real, es simplemente la relación de una madre con su hijo”, aclaró.
En tren de aclaraciones, Galván también sostuvo que “si en algún momento hubiera decidido algo diferente, era en favor del hijo pero nunca para desentenderse, de verlo y de poder estar con él”.
La doctora insistió en “el perjuicio y el dolor” con el que sigue cargando su representada. “Ella me había dicho que el día que fue la votación en la Cámara,  a ver si hacían lugar a la suspensión del juicio a Monserrat, ella quería estar presente para poder verle la cara a la jueza, con todo el mal y perjuicio que le había causado”.
Galván aclaró que frente a la denuncia contra la magistrada ahora el caso quedó en manos de otro juez de Familia de Azul, a quien se le ha planteado la averiguación de paradero de la criatura y así poder combinar el régimen de visitas,  porque -según la letrada- el juez es partidario de fomentar el lazo y la relación entre una madre y su hijo y lograr la revinculación, sobre todo después de tanto tiempo, con una madre que sigue presente.
“Después vamos a pelear la tenencia. Lo que queremos es la vinculación porque ella ahora está pasando a ser una extraña con su hijo, más cuando el papá, como le ha hecho saber, quiere que llame mamá a su pareja”, acotó.
Cerrando, la propia Rosana retomó la entrevista dejando sentado su deseo: “Quiero tener a mi hijo conmigo y llevarlo a Paraguay. Pensé en el chiquito y que iba a estar bien con el padre, pero me he enterado de muchas cosas y no está nada bien”. A lo que su abogada aclaró que no se le quiere negar al padre el derecho, porque nunca pasó por eso.
“Queríamos que la gente supiera que no es una madre que después de tanto tiempo generó un montón de trascendidos, de idas y vueltas a nivel judicial, y que de repente desapareció. Esta madre, por ir a ver a sus otros hijos tuvo otros inconvenientes de salud, pero es una madre que estuvo presente siempre y que no renuncia a los derechos que tiene con su hijo”, culminó Galván.

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